Mi angelito Sugus, nuestra niña. Nos has dejado un vacio enorme; pero el corazón lleno de tu amor incondicional. Fue una suerte que el destino te pusiera en nuestras vidas. Siempre pegada a mi y yo a ti; 18 años de amor y de lecciones que me has enseñado de amor, bondad y honestidad.
Ojalá que el destino vuelva a unir otra vez nuestras almas.