Mi niña: te dije que jamás sufrirías y lo cumplí. Fue todo tan rápido que aún no me creo que no te vaya a volver a ver. Me has dejado sola y triste pero lo más importante es que tú estés bien. Ya te tengo otra vez conmigo y ahora eres un bonsái y vivirás al menos 100 años más. Te llevaré a todas partes conmigo y también dibujada en mi piel, y tu huella en mi corazón. Te amo con el alma mamita. Hasta pronto.