Soporte al duelo

Hacemos fáciles los momentos difíciles

Tras la pérdida de un ser querido, muchas veces se inicia un proceso de duelo, de ajustes emocionales, donde varios sentimientos compiten entre sí.

El impacto que causa la muerte de un animal en algunos casos puede ser tan intenso como el que se puede sentir por un familiar querido.

La tristeza, la necesidad de llorar, sentimientos de culpa afloran en esta etapa posterior a la separación.

El duelo suele tener varias etapas, que se pueden explicar por separado aunque muchas veces se presentan solapadas y desordenadas, pero que al final se han de haber experimentado todas para completar el proceso de asimilación de la pérdida.

Las fases del duelo

LA NEGACIÓN

Suele ser la primera etapa del duelo. Nos negamos a aceptar la pérdida. No queremos creer lo que ha pasado, ni asumir que nunca más volverá.

LA IRA

Estamos enfadados con nosotros mismos o con los demás. Suele ocurrir cuando asumimos que sí ha ocurrido, que se ha muerto y no volverá.

LA NEGOCIACIÓN

Es la etapa donde empezamos a hacer algún tipo de pacto, o acuerdo. Se analiza la situación, qué habría pasado en circunstancias diferentes, si hubiéramos podido hacer esto o lo otro ....

LA DEPRESIÓN

En esta etapa, la angustia, el miedo, la pena ganan terreno, afloran sentimientos de culpa. Somos conscientes de que la pérdida es irrevocable y que se tiene que seguir viviendo sin la presencia de su compañía.

LA ACEPTACIÓN

Finalmente llega la etapa donde nos sentimos preparados para aceptar la muerte de nuestra mascota. Somos conscientes de la situación pero poco a poco conseguimos volver a la normalidad. No significa dejar de pensar en ellos, pero permite seguir adelante aceptando el hecho de que no volverá a estar a nuestro lado.

 

Aprendiendo a superar la tristeza

Desafortunadamente, muchas veces la pérdida de un animal de compañía no se reconoce como importante por nuestro entorno.

Es muy importante tener la oportunidad de estar triste y poderlo manifestar a la familia y personas de confianza. No hay que avergonzarse de sentir dolor y de llorar por un ser que nos ha acompañado tanto tiempo.

Normalmente en situaciones de pérdidas traumáticas o repentinas suele aflorar el sentimiento de culpabilidad ya que no entendemos cómo ha podido pasar. Al haber sido responsables de su bienestar es normal que este sentimiento nos remueva internamente, pero no lleva a ninguna parte buscar culpables.

Debemos esforzarnos en intentar recordar los momentos buenos y agradables. Con el tiempo, estos pensamientos ganarán terreno y se quedarán para siempre, y dejarán paso a la calma que produce la memoria tranquila de nuestro ser querido.

Cosas que podemos hacer ...

Escribir una carta dedicada a tu animal. En este momento de laberinto de emociones, ayuda a ordenar las ideas y expresar los sentimientos. También nos permite agradecerle el tiempo que nos ha dedicado y todo lo que nos ha aportado.

Mantener durante un tiempo las rutinas diarias. Aunque ya no está, es recomendable conservar, al menos por un tiempo, los hábitos diarios que teníamos con él. Pasear, conversar con los otros propietarios de compañeros del parque. Poco a poco, se podrán ir sustituyendo por otras actividades agradables. Es importante seguir adelante con la sensación de poder recordar a nuestro animal siempre que tengamos necesidad con una sonrisa en los labios.

La compañía de otro animal nunca sustituirá al que ya no está. Antes de adoptar un nuevo animal, asegúrate que has aceptado la muerte del anterior y entonces estarás preparado para darle todo el amor que puedes ofrecer.

Finalmente, tenemos que tener en cuenta que el duelo es una experiencia individual y cada uno tiene sus propias fórmulas para aceptarlo. A veces no hay ninguna técnica que sirva y tan solo queda esperar que el tiempo pase, no para olvidar sino para conseguir que los recuerdos se conviertan en una cosa agradable y se disipe el dolor. No hay un tiempo establecido pero seguro que con el tiempo pasará.

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